Algunos dicen que el romanticismo se ha muerto y yo no podría estar más de acuerdo. Hemos cambiado los
románticos paseos por tu ciudad por una
calle iluminada, llena de
música a todo volumen y por la que caminas con tus
mejores amigas. Hemos olvidado la regla de
no besar en la primera cita porque ahora nos gusta más encontrar al chico más guapo, metir sobre tu nombre,
ligártelo y, lo más importante,
no volver a verlo nunca más. Preferimos una noche de pasión que una tarde abrazados viendo la mejor película de amor.
Alcohol mejor que una cena a la luz de las velas. Una gran
resaca en la que te arrepientes de lo que hiciste la noche anterior que una mañana en las nubes recordando lo perfecto que fue todo.
Ahora una noche de fiesta supera cualquier escena de amor que hayamos visto antes.