14 de septiembre de 2010

Cuando te das cuenta ya es tarde. Cuando te das cuenta de que lo darías todo por él, que te rompería el corazón en miles de pedazos si le vieras siendo feliz con otra, que estás enamorada de él y que él, en realidad, no existe, es demasiado tarde. Porque  ya no puedes volver a atrás, no puedes borrar sus palabras de tu cabeza, no puedes dejar de ver sus ojos siempre en tu mente, no puedes evitar ver algo, cualquier cosa, y relacionarla con él. Estás completa y absolutamente enamorada de cada centímetro de su cuerpo, de cada detalle de su personalidad y darías lo que fuera y más por un segundo a su lado.
Porque con un solo segundo, crees que se va a enamorar tanto como tu de él, crees que va a descubrir que detrás de esa cara inocente de adolescente va a encontrar a la mujer de su vida, imaginas cómo sería que te dedicara una sola canción, cada lugar que recorres piensas que en el futuro podrás ir con él.
Pero él no es de verdad, al menos no para tí, porque no sabe que existes, no sabe cómo te llamas, no sabe que suspiras, vives y respiras por él, no sabe que has llorado por no estar junto a él, no sabe que has gastado toda tu energía intentando estar al menos unos instantes a su lado. No lo hace aposta, es que él te ve como una más de la multitud.
Y seguirás gritando cuando le veas, seguirás llorando cuando te diga un simple "hola" o "gracias", mirarás sus fotos una y otra vez, te fijarás en esos ojos azules brillantes cada mañana, volverás a escuchar su voz las veces que sea necesario, en tu mente intentarás huir para encontrarte con él, pero ya está lejos, muy lejos.

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